En la entrada de la vivienda se proyecta una decoración diáfana pensando en el acceso desde el parking y en los pequeños de la casa. De este modo, se crean espacios sin obstáculos, con decoraciones puntuales.
En la parte de la piscina, se crea una tarima de madera como solarium con una jardinera de madera con un grupo de washingtonias que nos aportan frescura. Además se coloca una vegetación más baja tanto en el perímetro como puntualmente, proporcionando color y naturalidad pero sin llegar a obstaculizar las preciosas vistas.
En cuanto a la iluminación, se colocan puntos de luz decorativos que nos iluminen el jardín de un modo homogéneo, y una iluminación puntual para acentuar alguna vegetación más importante.
Para este jardín, se diseñan unos bancos con formas geométricas rectas y sencillas, con material y color acorde con el mobiliario exterior y los acabados de la vivienda.